Tags
FotografÃa, Hongos, Jimena de la Frontera, jornadas, MicologÃa, Parque de los Alcornocales, Setas
25 de noviembre de 2005
Se celebraba los dÃas 25,26 y 27 de noviembre de 2005, en Jimena de la Frontera, la VIII Jornadas Mitológica. De aquellas jornadas a las cuales fui invitado me quedo un grato recuerdo y repasando archivos me encontré con las fotografÃas que hice durante las jornadas, como fue una experiencia para mi particularmente tan gratificante, he decidido relatar cual fue mi experiencia personal con respecto al mundo de la MicologÃa.
Lejos de mi y de mis conocimientos personales el saber lo mas mÃnimo de setas y mucho menos hasta entonces el haberlas comido en mi vida, ni tampoco el haber ido nunca a cogerlas al campo, lo que no cabe duda que después de esta experiencia cada vez que puedo me doy el placer de comerlas.
Aparecà una mañana lluviosa en el bello pueblo de Jimena de la Frontera, en el lugar indicado donde nos esperaban los vehÃculos todo terreno que nos llevarÃan a los distintos lugares del Parque de Los Alcornocales para la recogida de setas, llevaba conmigo mi equipo fotográfico, entre los que se encontraban máquinas analógica y digital. Una vez aparcado mi vehÃculo me encaminé hacia el lugar donde estaban concentrados todos los participantes en la jornada y los vehÃculos alineados y preparados para la salida. Mientras embarcábamos en los vehÃculos, estuve observando la cantidad de personal que habÃa, como iban equipados, los utensilios que usarÃan para la extracción de setas y sobretodo, las conversaciones tan interesantes que mantenÃan grupos de participantes que ya se conocÃan de otras jornadas y que compartÃan afinidades.
Por mi parte no dude ni un momento en sacar mi cámara y comenzar a hacer fotografÃas, una vez me asignaron a uno de los vehÃculos y nos presentamos quienes Ãbamos a compartir la jornada, quedaba claro que todos iban a recolectar setas, menos yo que dedicarÃa todo el tiempo a fotografiar cuanto fuera interesante.
El conductor del vehiculo al que fuimos asignados resulto ser además de un experto en setas, un gran conocedor de los montes, asà que pronto nos entendimos pues coincidÃamos en que nos apasionaban nuestros montes y además le gustaba mucho la fotografÃa, asà que el dÃa se presentaba perfecto, pues los demás compañeros componentes del grupo eran personas muy amables y abiertas al dialogo, quienes no dudaron en responder a aquellas preguntas que como neófito en la materia yo les hacÃa.
Una vez en el terreno que tenÃamos asignado y dadas las instrucciones pertinentes por parte de nuestro conductor y guÃa cada cual tomo un camino, bien en pequeños grupos o solos siempre teniendo muy claro las consignas dadas por el responsable de nuestro grupo. Yo me fui con el conductor, con quien además de hablar de la sierra, me fue indicando donde habÃa setas para que yo las pudiera fotografiar, no tarde mucho en comenzar a experimentar esa sensación que nos invade a quienes nos gusta este mundo fantástico de la fotografÃa y en estar por los suelos, cambiando objetivos, tomando fotografÃas de cuantas setas me iban indicando.
De vez en cuando fotografiaba el entorno que nos rodeaba y seguÃamos caminando monte arriba, por parajes de gran belleza como solo existen en el Parque de los Alcornocales.
Llevábamos ambos buen cuidado a la hora de andar por si podÃamos ver algún venado, corzo o jabalÃ, pues las pisadas frescas de los primeros, indicaban que habÃamos estado muy cerca de verlos y los revolcaderos de los jabalÃs y el olor que dejan era latente, que no hacia mucho que habÃan estado también allÃ, asà que prepare una de las cámaras con objetivo largo por si se diera el caso poder coger el momento, no fue asà aunque nos internamos aun más con la esperanza de poder captar el momento.
Andamos bastante durante toda la mañana, subiendo y bajando montes. No cabe duda que mi cesto fotográfico lo llene de setas, no asà algunos de los miembros de nuestro grupo que se quejaban de que habÃa pocas setas y de que no se les habÃa dado nada bien, aunque en verdad yo miraba sus cestas y algunas llevaban, pero es la apreciación de alguien como yo que era la primera vez en mi vida que habÃa acompañado a alguien cogiendo setas.
Próximo a la hora que tenÃamos de reunirnos todos los miembros del grupo alrededor del lugar donde habÃa quedado el vehiculo todo terreno, nosotros dos comenzamos a bajar y en el camino nos Ãbamos encontrando con otros miembros del grupo que como nosotros comenzaban a andar hacia el lugar de encuentro. Una vez todos reunidos se fueron sacando las viandas, las que compartimos todos y que paliaron el hambre que al menos yo tenÃa y todo regado de buen vino, o de algún refresco.
Mientras comÃamos hablaban de las setas que unos y otros habÃan cogido, compartiendo anécdotas y experiencias vividas en otros lugares de nuestra geografÃa donde algunos se desplazan para recoger el tesoro que son las setas, cuando me preguntaron a mi que como me habÃa ido, les comente que muy bien y que mi cesta que no era otra que la tarjeta de la cámara fotográfica la llevaba repleta, acto seguido les fui enseñando a todos en la pantalla de la cámara, el contenido de mi cesta, gustaron mucho a los componentes del grupo, y les comente que si tenia tiempo, harÃa una presentación con música cuando llegáramos a Jimena de la Frontera y si hubiera tiempo que la proyectaran.
Una vez terminado el refrigerio, tras recoger montamos en el vehiculo para regresar a Jimena de la Frontera, donde el conductor me advirtió que estuviera atento por si veÃamos algún venado o corzo. Asà lo hice y el conductor me abrió el techo del vehiculo para que pudiera fotografiar con mas comodidad si se presentaba la ocasión, no fue asÃ, pues el único que divisamos al escuchar el vehiculo corrió hacia la maleza y solo medio tiempo a cogerle en su huida y muy lejos.
Cuando llegamos a Jimena de la Frontera, la organización habÃa previsto en los distintos restaurantes de la zona la comida y por fin comà hasta saciarme las tan esperadas setas. Pasamos un buen rato tanto en la comida como en la sobremesa y tras el café de rigor, con las fuerzas repuesta, me encaminé hacia donde se estaban celebrando los actos, conferencias y presentaciones culinarias, pedà permiso y me dejaron un PC portátil donde mientras comenzaban las conferencias prevista, monte las imágenes y les puse música, fueron proyectadas mientra iba llegando el publico y los participantes en las jornadas, esta fue mi pequeña aportación a las jornadas.
El resumen de aquellas jornadas para mi fue muy positivo, pues en las distintas conferencia, como de los participantes aprendà mucho al respecto y sobretodo desde entonces cundo ando por nuestros montes ya no pasan desapercibidas para mi las setas, las cuales sigo fotografiando y por supuesto comiéndolas pues no me cansaré de decirlo es un excelente manjar.