Luis A. GarcÃa Bravo – Octubre 2012
Acebuche que creciste
contemplando la tragedia
de mujeres y de hombres
vilmente asesinados.
Dime, compañero,
¿acaso tú sabes
de mi abuela,
aquella del moño
recogido con peineta.
¿Qué delito cometió
para que con alambres
sus muñecas ataran,
la asesinaran y arrojaran
a la oscura fosa?
Yo, compañero, solo sé
que amaba la Libertad
y que cuando el disparo sonó
tu abuela gritó:
«¡Viva la República!
¡Y viva la Libertad!»