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Casa Juan

Luis Antonio García Bravo

Y se sentó frente a la ventana y mirando hacia el exterior, dejó volar su pensamiento, trasladándose al tiempo de su niñez, hacia aquellos días de calor donde escuchaba el ruido de las chicharras y de algún que otro piar de pajarillos buscando la sombra en el corazón de un árbol.

Recordó a la única mujer que con la que compartió el amor de toda una vida, siempre juntos, hasta el día en el que ella partió para siempre.

Pareció volverla a ver al otro lado de la ventana, sonriente, enviando con su mano un beso al viento, para posarse sobre él, envuelto con el aroma de la jara, del jazmín y de la madre selva.

Quiso asomarse a la ventana, pero despertó y volvió a escuchar el ruido de las chicharras y el piar de algún pajarillo buscando la sombra en alguna rama.

Junio 2015