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Luis Antonio García Bravo
A medida que la persecución contra los representantes políticos y componentes de los distintos comités clandestinos, que conformaban el movimiento libertario, imposibilitaba cada vez más el poder mantener contacto con la guerrilla, quienes a su vez también eran objeto de persecución, llegaron al acuerdo unos y otros de fijar como uno de los objetivos más prioritarios, tratar de salir del territorio español para marchar al extranjero, predominantemente a Tánger y Casablanca.
Desde el Comité Provincial de CNT de Cádiz, Rafael Piñero Leal, por aquellos días Secretario General de dicho Comité, natural de Chiclana (Cádiz), de profesión herrero y Carlos Rodríguez Real, quien también formaba parte del citado Comité Provincial, nacido en Mendoza (Argentina), vecino de Cádiz y de profesión guarda, idearon un sistema de ayudas para que tanto guerrilleros como políticos, pudieran escapar a las citadas plazas africanas.
En agosto de 1949, Manuel Loarte Parada, natural de Sanlúcar de Barrameda, soltero, empleado como escribiente en la Comandancia Militar de Marina de Sevilla, será quien junto a otros funcionarios del juzgado municipal, prepararían los documentos necesarios, como la impresión de las cartillas de embarque, que servirán para documentar a cuantos tratasen de huir de España, llegando a confeccionar unas cincuenta cartillas.
Pero desgraciadamente, el 20 de octubre de aquel mismo año fueron detenidos por fuerzas de la guardia civil, bajo el mando del capitán Caballero Ocaña, doce personas en Sevilla, y seis en Cádiz.
Entre los detenidos se encontraban miembros del Comité Comarcal de Jerez de la Frontera, y entre ellos su Secretario General, el jerezano Juan Jaén Márquez, casado y de profesión albañil, quien sería condenado a 15 años de reclusión menor, acusado de ser cómplice de la guerrilla.
Juan era el responsable de mantener contacto con los miembros del Comité Provincial y Regional, de asistir a las reuniones y de transmitir las ordenes y consignas que luego haría llegar a los guerrilleros, a través del enlace Manuel Padilla Marín, quien al parecer se unió a la partida de guerrilleros de Bernabé López Calles (a) “Comandante Abril”, cuando intuyó que iba a ser detenido.
Otro de los detenidos fue el jerezano Francisco González Vidal (a) El Rosa, casado y de profesión albañil, quien ejerció el cargo de Secretario Contador (Tesorero) en dicho Comité.
El Rosa, se reunió en varias ocasiones con los guerrilleros José Barea Reguera y Bernabé López Calle (a) Comandante Abril; reuniones estas que junto a miembros del Comité se realizaron clandestinamente en las obras en construcción, donde él trabajaba como guarda y por las que sería condenado a 10 años de prisión mayor, acusado de auxilio a la rebelión;
como lo sería igualmente el también detenido en aquella operación policial contra el Comité Comarcal, el jerezano y miembro activo, Diego Miranda Márquez, casado y de profesión empleado, al que le caerían 10 años de prisión mayor.
Unos decidieron mantener la lucha contra el régimen impuesto desde la clandestinidad, reconstruyendo sus formaciones políticas en pueblos y ciudades; otros decidieron seguir siendo el último brazo armado de la República, manteniendo la guerrilla viva en los montes de nuestra geografía.
Tanto unos como otros, incluidas sus familias, padecerían toda clase de vejaciones, destierros, cárceles e incluso penas de muerte, después de sufrir torturas y juicios sumarísimos; otros simplemente fueron vilmente asesinados aplicándoles la ley de fuga.
A día de hoy, aquellos hombres y mujeres siguen sin ser reconocidos y sin justicia, bajo una ley de impunidad existente en un país al que llaman democrático.
Artículo publicado en la Revista Digital La Alcubilla Nº 0 Diciembre 2016 (PDF 2,36 MB)